El alcance del proyecto de ley de bienestar animal del Reino Unido se ha ampliado recientemente, para reconocer a langostas, pulpos y cangrejos y todos los demás crustáceos decápodos y moluscos cefalópodos como seres sintientes, es decir, capaces de sentir placer, dolor y de tener cierto grado de consciencia. La medida sigue los hallazgos de una revisión independiente encargada por el gobierno a la London School of Economics and Political Science (LSE) que concluyó que hay una fuerte evidencia científica de que los crustáceos decápodos y los moluscos cefalópodos son sintientes.
El proyecto de ley de bienestar animal ya reconocía a todos los animales con columna vertebral (vertebrados) como seres sintientes. Sin embargo, a diferencia de otros invertebrados (animales sin columna vertebral), los crustáceos y cefalópodos decápodos tienen un sistema nervioso central complejo, una de las características clave de la capacidad de sentir.
De momento, el anuncio no afectará ninguna legislación existente o prácticas de la industria como la pesca. No habrá impacto directo en la pesca de mariscos o en la industria de restaurantes. El proyecto está diseñado para garantizar que el bienestar animal se considere bien en la toma de decisiones futuras.
«La sensibilidad es la capacidad de tener sentimientos como dolor, placer, hambre, sed, calidez, alegría, consuelo y emoción», explican los investigadores en el informe. Los investigadores evaluaron ocho medidas de sensibilidad en estos invertebrados, incluida la capacidad de aprendizaje, la presencia de receptores del dolor y su conexión con el cerebro, la respuesta a los anestésicos y los comportamientos que demostraron al protegerse de una lesión.
«Sin duda, los crustáceos y cefalópodos experimentan el mundo de formas extremadamente diferentes a nosotros mismos. Lo que importa, sin embargo, es si esa experiencia implica una experiencia consciente de placer y dolor», concluye el informe.
Esto es sin duda un avance importante hacia aumentar nuestras preocupaciones éticas con los animales no-humanos, pues la capacidad de sufrir es usualmente considerada una categoría de alta importancia moral. Idealmente, buscamos evitar el sufrimiento y aumentar la felicidad, interés que parece también cumplirse para los animales, si es que estos pueden sentir. Sin embargo, ¿es la capacidad de sentir el único criterio relevante para fundar obligaciones éticas hacia los animales? ¿Acaso podemos disponer como queramos de los animales que no sienten? ¿Y qué hay de las plantas? ¿Cuáles son nuestras obligaciones éticas hacia los seres botánicos y en qué principios podrían basarse?
Gabriel Vidal Quiñones
Fuentes:
https://www.gov.uk/government/news/lobsters-octopus-and-crabs-recognised-as-sentient-beings
Foto: Getty Images
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