Generalmente se supone que el amor y la moral difieren en su espíritu. El punto de vista moral es imparcial y no favorece a ningún individuo en particular, mientras que favorecer a alguien en concreto parece la esencia misma del amor. Por lo tanto, se piensa que el amor y la moral plantean exigencias contradictorias a nuestra atención, exigiéndonos que veamos las cosas de forma diferente, aunque en última instancia nos exijan hacer cosas diferentes. Se supone que la cuestión es si una persona puede hacer justicia a ambas perspectivas. Algunos filósofos piensan que una u otra perspectiva será inevitablemente despreciada: una persona que ama no puede evitar ser desatenta con su deber moral, mientras que una persona totalmente cumplidora no puede evitar ser desamorosa. Otros filósofos sostienen que una persona puede pasar libremente de una perspectiva a otra, matizando cualquiera de ellas con las ideas extraídas de la otra y haciendo así justicia a ambas.
Referencias:
Velleman, J. D. (1999). Love as a Moral Emotion. Ethics, 109(2), 338-374. https://doi.org/10.1086/233898