La soledad, entendida como la percepción de que nuestras instancias de encuentro con otros no satisfacen completamente nuestra necesidad de conexión social, es un tema que se ha instalado con fuerza en la discusión pública. De hecho, en 2023 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la soledad como una amenaza a la salud pública a nivel global. A su vez, la presencia de estos discursos en los medios de comunicación masiva, contribuyen a aumentar la preocupación y la percepción de soledad en las personas. En suma, el tema de la soledad se ha convertido en una preocupación y emoción que quizás muchos de nosotros enfrentamos en nuestra vida actual.
Paralelo a la evolución de nuestros hábitos sociales, también ha habido un desarrollo inusitado de las tecnologías de procesamiento de datos en los últimos años. Hace unos 10 años, la inteligencia artificial parecía algo lejano. Hace unos cinco años, comenzaron a volverse conocidos los primeros chatbots que ejecutaban tareas rudimentarias y daban respuestas que difícilmente podrían considerarse inteligentes.
Sin embargo, a finales de 2022 apareció ChatGPT, cuya capacidad de generación de texto parecía imitar casi a la perfección el discurso humano. A partir de ahí, el desarrollo de las IA aceleró exponencialmente: las IA generadoras de imágenes pueden hacer imágenes sofisticadas al estilo de artistas humanos, las IA de generación de video se vuelven indistinguibles de un video real y alcanzan niveles cinemáticos. ChatGPT es capaz de sostener conversaciones tan complejas y matizadas que puede tomar el rol de un asistente y consejero.
Estos dos desarrollos, el de nuestros nuevos hábitos sociales y el de las máquinas, convergen en una ergonomía interesante. En un ambiente en que una parte de los seres humanos tiene necesidades sociales insatisfechas, las máquinas se vuelven capaces de emular sociabilidad, adquiriendo incluso cierto rol de compañía.
Muchas personas usan ChatGPT y otras IA generadoras de texto no solo para tareas académicas o laborales, como calcular, corregir o redactar, si no que también las usan como una línea de soporte emocional. ChatGPT por ejemplo, puede dar consejo emulando el lenguaje de un terapeuta o una amistad. De hecho, existen IAs creadas específicamente para cumplir el rol de acompañantes como Xiaoice o Replika, brindando empatía, apoyo emocional e incluso emulando relaciones románticas para sus usuarios. Sin embargo, este tipo de software tiene el peligro de llevar a ciertos usuarios hacia ideas o conductas peligrosas, al reforzar sus creencias ilusorias, negativas y actitudes autoflagelantes. Existen casos reales que es preferible no ahondar aquí.
Por otra parte, el aumento de la soledad en adultos mayores y otras poblaciones vulnerables ha llevado a muchos investigadores y científicos a considerar la posibilidad de usar robots humanoides que puedan servirles de compañía. De hecho, muchos programas de salud han introducido robots que lucen como un animal tierno, una linda muñeca o cualquier otro aspecto que suscite la simpatía y confianza de los usuarios. Muchas veces, imbuidos con alguna inteligencia artificial que les otorga la capacidad de conversar y brindar soporte emocional. Es el caso de la robot “Nadine”, diseñada por la profesora Nadia Magnenat en la Universidad tecnológica de Nanyang, Singapur y en la Universidad de Genova, Italia. Este humanoide es capaz de gesticular de forma natural, sostener contacto visual, hablar en varios idiomas y recordar conversaciones con los usuarios, muchos de los cuales reportan un alivio en sus sensaciones de vulnerabilidad y soledad.
El apoyo que estas máquinas pueden ofrecer en estos contextos puede ser muy valioso si es usado adecuadamente, especialmente en el contexto de crecientes tasas de soledad y su repercusión en la salud. Pero, cabe la pregunta ¿Pueden estas máquinas sociales realmente reemplazar la compañía de un ser humano? O, en realidad ¿Este uso social de las máquinas es complementario a nuestros hábitos sociales normales?
Una IA puede entender nuestros problemas en términos lógicos y sintácticos, ofreciendo respuestas muy iluminadoras y soluciones brillantes. Pero ¿puede una máquina comprendernos? ¿Puede una máquina sentir con nosotros? ¿Puede acompañarnos como otro ser que vive y siente? Por otra parte, ¿De quién es la responsabilidad en casos de que este “acompañamiento” resulte en un daño grave, tanto psicológico como físico, a los usuarios?
Fuentes:
https://www.nature.com/articles/d41586-025-03020-9
https://www.nature.com/articles/d41586-025-01349-9
https://www.nature.com/articles/s41467-025-56764-3
https://www.brownhealth.org/be-well/epidemic-loneliness-and-isolation
https://phys.org/news/2025-09-lonely-people-robot-human-interaction.html
https://www.ucf.edu/news/social-work-researchers-to-study-how-animal-robots-can-help-older-adults/
https://www.bbc.com/news/articles/cly19413xpyo