La computación se basa usando un sistema binario, es decir solo de 0 y 1 (bits) los que de acuerdo a la distinta combinación, o secuencia, se pueden traducir en información. Esto es análogo a lo que pasa con nuestro abecedario, en el que la combinación o secuencia de un total de 28 letras se construyen las palabras, que a su vez producen oraciones que no son otra cosa que información que se transmite desde un emisor a un receptor. Nuestro genoma es un abecedario de 4 letras (A, G, T y C) en que la combinación en tríos de letras, se traduce en distintos aminoácidos, que son los que forman las proteínas de nuestro cuerpo. De esta manera el genoma humano se asemeja a un disco duro (hardware, en términos computacionales), en que almacena información del plan corporal de un se vivo, el que se puede extraer, para formar proteínas. Al igual que ocurre en los sistemas computaciones, la información en el ADN se puede borrar, cambiar o incluir nueva información como es el caso de las mutaciones o los sistemas de reparación de la célula. Es así como desde hace varios años algunos científicos han elucubrado acerca de la idea de poder utilizar el ADN como hardware para construir nuevos computadores que podrían almacenar mayores cantidades de información que los actuales. De hecho, ya en 1994 el profesor Leonard Adleman, de la Universidad del Sur de California formuló en parte la teoría para el desarrollo de este tipo de tecnología.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Carolina del Norte (NC) en los Estados Unidos crearon un computador basado en el ADN, el que capaz de realizar varios tipo de cálculos. Los investigadores lograron la formación de un nuevo tipo de polímeros basados en la estructura del ADN, a los cuales denominaron “ dendricoides”, que se asemejan a pequeños árboles y pueden almacenar una capacidad de hasta 10.000 terabytes, o “ lo equivalente a mil computadores portátiles” como lo afirman sus inventores. Entre las ventajas que muestra esta tecnología es que debido a la estabilidad de los dendricoides, a temperaturas muy bajas, la vida útil podría extenderse a miles de años, lo que resulta mucho más duradero que cualquier otra tecnología actualmente existente. Por otra parte el tamaño de estas estruturas no supera la de la goma de de borrar de un lápiz. Por último, los investigadores mostraron que este nuevo computador fue capaz de almacenar alrededor de 1.000 posible configuraciones de un tablero de ajedrez o Sodoku de 3×3. Con sus sistema similar al usado por la célula, este ordenador utilizó enzimas que fueron depurando las posibles soluciones para eliminar aquellas incorrectas. Los líderes del proyecto Albert Keung y James Tuck son los co-fundadores de la compañía DNAli Data technologies, por lo que ellos están muy interesados en potenciar esta tecnología en la fabricación de nuevos sistemas que podrán potenciar la construcción de computadores más potentes y ofrecer nuevas alternativas en el campo de la inteligencia artificial. Este tipo de avances acercará cada vez más a y más a la construcción de sistemas tecnológicos basados en la biología o los ya conocidos cybors. En este sentido cada vez no acercamos más a un futuro en que la biología se fusionará con la tencología y presenciaremos el nacimiento es estructuras (máquinas o seres) híbridos, con una extremadamente gran potencia de almacenamiento de datos, probablemente capacidad lógica y de resolución de problemas. Es decir, tendremos a un nuevo ChatGTP basado en ADN cada vez más similar a un ser vivo (humano?), no solo en apariencia, sino que en la estructura mima de su configuración.
Referencias
https://news.ncsu.edu/2024/08/functional-dna-computing/
https://www.nature.com/articles/s41565-024-01771-6
Por:
Profesor Titular Departamento de Fisiología
Facultad de Ciencias Biológicas UC
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