Hace algún tiempo en BioéticaLab habíamos difundido la noticia del desarrollo de pequeños organelos cerebrales: estos eran pequeños cerebros creados in vitro, a partir de células madre. Sin embargo, esta noticia ha tenido una reciente y controversial ampliación.
Cortical labs, una empresa australiana que trabaja en la integración de neuronas biológicas con hardware informático tradicional basado en silicio, cultivó células cerebrales en matrices microelectrónicas, por lo que las células pueden ser estimuladas. De esta manera, crearon chips informáticos híbridos, que integran una matriz biológica y otra electrónica, la cual además es capaz de aprendizaje y de resolución de problemas, al igual que las clásicas inteligencias artificiales. El equipo desarrollador de esta tecnología cree que es justo llamarla un cerebro ciborg.
Sin embargo, al parecer, la potencia de Dishbrain es mucho mayor que la de las típicas IA. Al menos así lo demuestran las pruebas que Cortical Labs ha hecho. La prueba consistió a enseñarle a esta nuez matriz a jugar el clásico videojuego Pong. La diferencia fue aplastante. Mientras que a las típicas inteligencias artificiales les toma, usualmente 90 minutos aprender un juego de este tipo, a Dishbrain le tomó tan solo 5 minutos.
Usualmente el potencial de que las inteligencias artificiales adquieran consciencia ya es una preocupación, sin embargo, ¿es posible que esa teórica posibilidad sea mayor al integrar tejidos humanos? Los cuales, como sabemos, sí nos hacen capaces de consciencia. ¿Es el cerebro ciborg un quizás futuro y superior remplazo del cerebro humano? Todo esto además, está probando una tendencia general. Las ciencias están rebasando sus usuales fronteras y comienzan a asociarse, de tal manera que, en este caso, de desdibuja la frontera entre biología y cibernética.
Gabriel Vidal Quiñones
Fuentes:
https://www.biorxiv.org/content/10.1101/2021.12.02.471005v2